Entrada escrita por Lucía Martínez
y corregida por Alicia del Fresno
El relato corto ha sido considerado un género menor hasta hace poco tiempo. Por suerte, parece que la gente es cada vez más consciente de que dentro de las historias cortas existen auténticas joyas que no tienen nada que envidiar a las novelas de mayor envergadura. Marion Zimmer Bradley cultivó mucho la categoría del relato breve a lo largo de su vida y consiguió tratar temas muy diversos con una profundidad difícil de lograr en tan poca extensión. Aunque no existe mucha obra corta de Zimmer Bradley traducida a nuestro idioma, en esta entrada voy a hablar de tres relatos de argumentos muy diferentes.
El secreto de la Estrella Azul (1979) se publicó originalmente en la primera entrega de lo que, en principio, iba a ser una serie de antologías escritas por varios autores, llamada El mundo de los ladrones (1979). Todos los relatos se desarrollarían en un mismo lugar, la ciudad Santuario, una zona llena de peligros. Después de algunas entregas, el proyecto se canceló, ya que las riñas entre los autores afectaron al desarrollo. Aquí conocemos al mago Lythande, personaje que Marion Zimmer Bradley recuperaría en futuras historias cortas, y se nos dejan entrever algunas características y normas de la Orden a la que pertenece, la Orden de la Estrella Azul. El relato posee un marcado carácter episódico, casi como un capítulo de una serie televisiva. Sin embargo, el último párrafo, con sorpresa incluida, le proporciona una nueva y muy diferente dimensión a las apenas quince páginas que ocupa. Podéis encontrar esta historia en castellano en la antología El camino de la magia (recopilada por John Joseph Adams, 2010).
Los habitantes del viento (1959) apareció por primera vez en la revista americana If y figura en castellano en Mujeres y maravillas (Pamela Sargent, 1974), una antología de relatos de fantasía y ciencia ficción escritos y protagonizados por mujeres. Nos cuenta la historia de Helen, una mujer que forma parte de una expedición espacial en busca de elementos para combustible. Helen da a luz en uno de los planetas que visitan y decide quedarse en él para evitarle la muerte a su hijo recién nacido, que no soportaría los saltos por el hiperespacio. Es un relato introspectivo que se atreve en su corta extensión a tratar temas difíciles, como la vida sin formar parte de una civilización, las relaciones interpersonales socialmente adquiridas e incluso la predestinación. El final es triste y bellísimo a partes iguales y deja espacio a múltiples interpretaciones. Es una historia que deja huella.
La vuelta al hogar (1955) es el relato más extenso de los tres. Cuenta con unas cincuenta páginas y lo podemos leer en Los mejores relatos de anticipación (recopilado por Kendell Foster Crossen y Charles Nuetzel, 1969). Nos habla de la vuelta a la Tierra de una joven tripulación desde la colonia Tierra Dos, varios siglos después de que la expedición original despegase y acabase recalando en Centauro. A su llegada, nada será como ellos esperan: la civilización con la que se encuentran no está científicamente avanzada ni parecen interesados en las noticias sobre viajes estelares que los visitantes traen con ellos. En esta historia está muy presente esa manera romántica y utópica de ver el futuro tan característica de los años cincuenta y sesenta. Además, deja abierto un debate interesante entre opiniones enfrentadas: ¿Sacrificar la individualidad por el bien del colectivo? ¿Buscar la felicidad del individuo a costa del avance de la sociedad? El relato se mueve entre dos aguas continuamente y consigue que entremos en la discusión.
Este es un pequeño resumen de cada uno de estos cuentos, que no les hace ninguna justicia. Si os gustan las obras fabulosamente escritas, estas son las vuestras. Si lo que queréis es aventura, también, y, si lo que buscáis es algo que os remueva y os haga mirar en vuestro interior, Marion Zimmer Bradley es vuestra autora.