Entrada escrita por Saúl Suane
y corregida por Rocío González Naranjo
Lo mejor de conocer la obra de Maritza Núñez fue hacerlo al mismo tiempo que yo la conocía a ella. Hoy, aquí, quiero centrarme en la fortuna de conocerla a ella y a su obra y en lo que esto significó para mí. Por esas casualidades afortunadas que tiene la existencia, coincidí con Maritza en Málaga cuando yo tenía solo 19 años. Tuve la suerte de compartir con ella nueve meses de compañía y amistad, mientras me regalaba su obra. Me mostró también la obra de su madre, la poeta peruana Carmen Luz Bejarano, la cual será mi próxima autora adoptada. La lectura de los poemas y obras teatrales de ambas marcaron no sólo mi interés por lo poético, sino también mi escritura para siempre; no sólo mi estilo, sino también mi sensibilidad.
Maritza Núñez (Gilda Maritza Núñez Bejarano, Lima, 1958) es una escritora peruana cuya obra resulta especialmente prolija en el ámbito de la poesía y la literatura dramática. Recibió formación en artes y música en Moscú, donde obtuvo el grado de Master Of Art en 1986. Maritza se trasladó después a Finlandia, donde desarrolló la mayor parte de su carrera artística. También ha vivido en España, país en el que trabajó y cultivó su arte. Es una escritora con un bagaje vital importantísimo, que ha viajado, vivido y creado en partes muy distantes de nuestro planeta. De Perú a Moscú, de Moscú a Helsinki, de Helsinki a Málaga y de Málaga a Helsinki otra vez. Parte de su biografía y de su obra pueden encontrarse en su página web y en entrevistas que ha concedido.
Los poemas de Maritza son un vivo reflejo de su persona. Una sensibilidad inmensa, un gusto depurado, elegante. Uno acudía a sus poemas y luego a ella, luego pasaba de ella a sus poemas, y comprendía que no podían existir los unos sin la otra. Cuando leo poesía, pienso en poesía y escribo poesía, no puedo evitar que me vengan a la mente versos que Maritza ha escrito. Sus versos son imágenes profundas. A veces, con lo más sencillo, aparece una imagen de lo más desgarradora. Cuando la conocí, empecé a interesarme mucho más por la poesía, y entonces esta adquirió esa simpleza y esa profundidad. De lo más sencillo debía aparecer una imagen profunda. Siempre me viene a la cabeza un poema de su Le jardín secret (Carpe Diem, 2003), que dice:
Llevo en la piel
tus ojos anunciando la despedida
No hay más. Simple. Certero. Profundo. Una imagen. Un poema.
Genial
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He tenido la suerte de leer uni de sus poemarios. Coincido con Saúl Suane en su descripción, sencillos y profundos, bellisimas imágenes. Leerla es detenerse en el tiempo, como si me hablara a mi directamente. La recomiendo encarecidamente.
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