Safo: una presentación

Entrada escrita por Esther Miquel
y corregida por Fátima Parejo Díez

red-figured hydria (water-jar)
Fuente

Cuando nos acercamos a la sección de literatura clásica de una librería o de una biblioteca, deberíamos asombrarnos del extraordinario hecho que supone que estas obras producidas hace milenios hayan podido llegar hasta nosotros. A lo largo de la historia, los libros han tenido que enfrentarse a muchos peligros: incendios, mohos, insectos xilófagos, censores y moralistas. En ocasiones los libros se perdieron simplemente porque cayeron en el olvido. Que se hayan conservado aquellos que leemos hoy se lo debemos a copistas y filólogos, editores e impresores, bibliófilos y eruditos, que dedicaron sus esfuerzos a mantener viva la llama de lo que hoy solemos denominar tradición clásica. Conocemos los nombres de algunos de ellos, mientras que otros seguirán siendo héroes anónimos para siempre.

No todos los autores clásicos, sin embargo, han sobrellevado igual este largo y tortuoso camino de transmisión. Algunos han conseguido llegar a nosotros con voces más fuertes y claras, mientras que de otros apenas nos queda un leve susurro. De algunos hemos recibido un buen número de sus obras y, además, tenemos múltiples fuentes para comparar diferentes versiones. Otros, sin embargo, parecen estar envueltos por una nube de misterio y solo conocemos sus nombres o los títulos de sus obras. Por eso, hablar de un autor antiguo es complicado, ya que lo que podemos saber acerca de ellos es siempre limitado y a veces no podemos aspirar a alcanzar una certeza más allá de una justificada plausibilidad.

El objetivo de esta primera entrada dedicada a la gran poetisa griega Safo es ofrecer una presentación de lo que sabemos de su vida. En una segunda entrada se presentarán los rasgos más importantes de su poesía y, finalmente, la tercera entrada estará destinada a la influencia que su figura ha tenido en diversos ámbitos.

Sappho Musei Capitolini
Pilar con cabeza femenina con la inscripción «Safo Eresia». Copia romana de un original griego. Palazzo dei Conservatori. Fuente.

¿QUIÉN FUE SAFO?

Lo que podemos saber de la vida de Safo lo sabemos, principalmente, a partir de la información que aparece en sus propios poemas. Son fuentes importantes, además, los testimonios que sobre su vida nos dejaron otros autores como Platón o el peripatético Camaleonte, que escribió una biografía de Safo en el siglo IV a.C.

Parece seguro que en la isla griega de Lesbos, hacia el año 600 a.C., vivió una mujer llamada Safo que destacó en el arte de la poesía lírica, que incluía tanto habilidades musicales como de danza. El hecho de que naciera y viviera casi toda su vida en Lesbos no es un hecho sin importancia, ya que esta isla está íntimamente relacionada con la lírica. De hecho, en Lesbos se encontraba una de las tumbas donde reposaban restos de Orfeo, figura mítica vinculada con la música y el arte para los griegos desde tiempos arcaicos. El cuerpo de Orfeo había sido desmembrado por las mujeres tracias en pleno trance, y su cabeza y su lira habían caído al mar. Las mareas habían llevado los despojos hasta la isla de Lesbos, donde sus habitantes los enterraron y levantaron un santuario del que, según se decía, surgían bellos sonidos de flauta.

Además de este vínculo órfico, la isla de Lesbos fue el lugar de nacimiento de Terpandro de Lesbos, figura revolucionaria para la música griega. Terpandro no solo modificó y amplió el sistema tonal griego, sino que también se le asigna la creación de varios instrumentos musicales.

Sabemos de Safo que fue hija de Escamandrónimo y hermana de Lárico, Erigio y Caraxo (al que dedica uno de sus más importantes poemas). Su familia pertenecía a la aristocracia de la isla, lo que explicaría la amplia cultura que se refleja en la poesía sáfica, así como un abierto desprecio por lo rústico. La situación social de la familia debió estar relacionada también con el destierro a Sicilia que padeció Safo entre el 604 y el 596 a.C., como consecuencia de las convulsiones políticas que tuvieron lugar en Lesbos durante los regímenes de Mírsilo y Pítaco, que pusieron en una difícil situación a las antiguas familias de la aristocracia.

A pesar de estos nobles orígenes, la situación económica de Safo es presentada por las fuentes antiguas como modesta, siendo indispensable para ella recibir un salario por las enseñanzas que impartía. Sobre la muerte de Safo poco se sabe a ciencia cierta, aunque en ocasiones aparece representada como una mujer mayor.

La vida personal de Safo es uno de los temas más discutidos todavía hoy por los estudiosos. La tradición indica que Safo estuvo casada con Cércilas de Andros, un comerciante adinerado que murió pronto, y que tuvo una hija, Cleis, a quien describe «como una flor dorada» (Alceo, frg. 124). A pesar de que su nombre está en la actualidad ligado claramente a la homosexualidad femenina (la palabra lesbianismo hace referencia a la isla de Lesbos por ser el hogar de Safo), desde muy pronto se le atribuyeron también amantes masculinos, entre ellos varios poetas. El más conocido de ellos es Faón, héroe de Lesbos relacionado con Afrodita. En recompensa a un servicio que le prestó, la diosa regaló a Faón un bálsamo que se untaba todos los días y que le proporcionaba una extraordinaria belleza. Como consecuencia, las mujeres de la ciudad de Lesbos se enamoraron intensamente de él, especialmente Safo. Faón, sin embargo, las rechazó a todas. Según esta tradición, Safo quedó destrozada y, desesperada, se suicidó saltando desde el acantilado de Léucada.

Sapho se précipitant à la mer. Jean-Joseph Taillasson (1745-1809)
Sapho se précipitant à la mer. Jean-Joseph Taillasson (1745-1809). Fuente.

La cuestión de la orientación sexual de Safo se conoce tradicionalmente como «cuestión sáfica», y era ya un tema controvertido en la Antigüedad. En la mencionada biografía de Camaleonte se hace referencia a Safo diciendo que «es acusada por algunos como disoluta y amante de las mujeres», y Máximo Tiro (18,9) comparaba su modelo de enseñanza erótica con el que Sócrates aplicaba con los muchachos que lo rodeaban.

El origen de la cuestión sáfica se encuentra en los propios poemas, ya que en muchos de ellos Safo aparece rodeada a menudo de un grupo de mujeres jóvenes a las que dedica sus poemas expresando su amor, sus celos o la nostalgia que siente ante su ausencia. Así, por ejemplo, encontramos poemas de Safo en los que esta aparece con la cabeza reclinada en el pecho de la amada (fragmento 126), o en los que expresa su deseo de morir al ser abandonada por una de sus compañeras (fragmento 94).

Aunque en ocasiones se dirige al grupo en su conjunto, conocemos los nombres de muchas de estas mujeres: Atis, Góngula, Anactoria, Arqueanasa, Mnasídica y Girino. Quiénes eran estas mujeres jóvenes que rodeaban a Safo (el «círculo sáfico») y qué relaciones se establecían entre ellas es un tema que todavía hoy es objeto de polémica entre los especialistas. En general, la crítica suele manejar tres hipótesis:

  • En primer lugar, se puede considerar que este grupo de mujeres jóvenes podrían ser alumnas venidas de distintas partes de Grecia a las que Safo educaría en el arte de la música y la poesía.
  • También se ha manejado la hipótesis del llamado «círculo de Afrodita», que sería una especie de asociación cultural en la que las mujeres de Lesbos se reunirían en torno a la celebración de festividades religiosas relacionadas con el culto a Afrodita y otras divinidades, como las Gracias o las Musas.
  • Por último, algunos estudiosos consideran que la relación entre estas mujeres era esencialmente erótica y de amistad, sin vinculación alguna externa a sus propios intereses personales.
Sappho and Alcaeus 1881. Sir Lawrence Alma-Tadema
Sappho and Alcaeus 1881. Sir Lawrence Alma-Tadema. Fuente.

Para finalizar esta breve presentación de la autora, queda hacer referencia a la otra figura poética a la que a menudo se asocia: Alceo. Nacido en Lesbos aproximadamente en su misma época y perteneciente a su misma clase social, la poesía de Alceo muestra muchos puntos en común con la de Safo. Ambos se expresan mediante una voz muy personal que hace uso de un lenguaje natural y cercano a la lengua hablada, poco común hasta el momento en la lírica griega. Sin embargo, la temática de su poesía difiere bastante. Alceo se preocupa por los temas políticos de su convulso tiempo, posicionándose de manera muy clara en sus cantos, mientras que en Safo raramente se mencionan asuntos del contexto político en el que vivió, sino que se tratan temas más cotidianos e intimistas.

BIBLIOGRAFÍA:

  • BOWRA, C.M., Introducción a la literatura griega. Madrid: Gredos, 2008.
  • GRIMAL, P., Diccionario de Mitología Griega y Romana. Barcelona: Paidós, 2009.
  • LESKY, A., Historia de la literatura griega. Madrid: Gredos, 2010.
  • SAFO, Poemas y testimonios. Edición de Aurora Luque. Barcelona: Acantilado, 2004.
  • SAFO, Lírica: poemas corales y monódicos, 700-300 a.C. Introducciones, traducciones y notas de P. Rodríguez Adrados. Madrid: Gredos 1982, p. 337.
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2 comentarios en “Safo: una presentación

  1. ¡Vaya viaje en el tiempo más maravilloso! Qué gusto leerte y descubrir gracias a ti la historia de esta mujer de la que tanto he oído hablar pero de la que tan poquito sabía. Estoy deseando leer tu próxima entrada, conocer más a Safo, acercarme a sus letras. Tu elección me parece maravillosa, original y arriesgada pues apuestas no sólo por una autora sino por una mujer de la época clásica que tanto ignoramos actualmente. Contigo he regresado a mis estudios de griego en el Insti (por supuesto, a Safo no la estudiamos) y recordado esa época. Gracias por acercárnosla. Qué entrada más maravillosa…
    Un abrazo

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  2. Vivimos en un mundo de puro presente y nos resulta increíble que la palabra haya sido bella desde hace milenios. Aun más difícil es incorporar la idea de mujeres libres y escritoras en esas épocas, cuando la historia nos trae sólo hombres destacados. Ha sido maravilloso pensar en un pasado lejano lleno de poesía a través de esta entrada. Gracias.

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