Entrada escrita por Noemí Staly (@stalisnasky)
y corregida por Gloria Stonem (@kallistixx)

N.P. (1992), de la autora japonesa Banana Yoshimoto, es una novela contada en primera persona por Kazami, una estudiante de literatura que se reencuentra con Saki y Otohiko, los hijos del escritor del relato N.P. Sarao Takase. El relato forma parte de una antología escrita en inglés. Años antes, después de escribir N.P., Takase se suicida y el traductor Shoji (pareja de Kazami en su adolescencia) también se quita la vida. Así empieza la novela que gira entorno a N.P., un relato maldito que hace que todo aquel que se acerca a él coquetee con la idea de la muerte hasta el extremo de plantearse el suicidio. Todos menos Kazami, que observa las obsesiones que han llevado al suicidio a Takase y Shoji y que ponen en peligro la vida de los dos hermanos y de Sui, una mujer que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de satisfacer sus propias obsesiones por el relato N.P., por Sarao Takase cuando éste vivía y por su hijo Otohiko.
Con esta obra, la autora japonesa Banana Yoshimoto nos vuelve a adentrar en un mundo con pinceladas de realismo mágico que no deja indiferente al lector. La autora narra una historia trágica en un ambiente de quietud que choca con los sucesos que acontecen en ella. Como en Kitchen, la soledad acompaña a los personajes gran parte de la novela aunque interaccionen unos con otros. Este recurso es uno de los puntos fuertes de la escritura de Yoshimoto, ya que le permite evocar durante toda su novela sentimientos de nostalgia y tristeza en el lector, pero también de superación y coraje.
Yoshimoto es una provocadora nata contando historias con una crudeza que pocas veces se ve en la literatura occidental. No esconde los temas tabú, el incesto y el suicidio, sino que los trata como algo normal, natural, que debe suceder sin que se pueda evitar. Sus personajes, infelices todos hasta límites casi desbordantes, bailan entre la sutileza de la cultura japonesa que los hace callados y frágiles; casi como si fueran una ensoñación y la autodestrucción que llevan dentro que los hace capaces de perseguir sus obsesiones por el relato N.P., hasta barajar como única salida el suicidio.

Si hay algo que me haya llamado especialmente la atención de esta obra es la forma en que la autora habla de las pasiones desmedidas de sus personajes haciendo que convivan con ellas aunque no sean socialmente aceptadas. Banana Yoshimoto escribe este libro con la idea de defender el derecho a vivir de todos y cada uno de nosotros, aunque tengamos “algo con lo que es difícil vivir”, en éste caso los traumas de juventud que arrastran cada uno de los personajes, los suicidios de seres queridos y las relaciones prohibidas.
Como contrapunto, diría que la obsesión de la autora por tratar siempre los mismos temas en todas sus obras puede hacer que leerla resulte repetitivo para todo lector que no sepa qué se va a encontrar en sus páginas. Si bien las historias de Kitchen y N.P. no se parecen en nada, sí que comparten demasiados temas como para hacernos pensar que la frescura de Kitchen se ha perdido y que la madurez de la autora la hace hilar sus historias en base a sus propias necesidades vitales, que se mantienen en una constante desde el inicio de su carrera como escritora hasta la actualidad. Por eso creo que las novelas de Yoshimoto tienen más pretensión de ser obras filosóficas que literarias. En sus textos, ella nos va desgranando cómo concibe el mundo contándonoslo a través de sus personajes. Este hecho me llevará sin duda a seguirle la pista en más obras suyas porque no hay mayor descubrimiento literario que el reflejo del autor que se esconde tras sus propias páginas.
Gran entrada, muy interesante este acercamiento a la literatura oriental. Va de cabeza a mi lista de pendientes!
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