Entrada escrita por @sunny_leywell
y corregida por Almijara Barbero (@Almijara)
¿Cómo comenzar a hablar de esta historia? He de admitir que para mí tiene algo especial, ya que fue esta novela la que me hizo descubrir a María Martínez. Fue leer la sinopsis y necesité saber más, y es evidente que no pude haber elegido mejor ya que, desde entonces, María se ha convertido en una de mis autoras nacionales favoritas.

En esta ocasión, la novela nos narra la historia de Caleb y de Savannah.
Caleb Marcus se considera un chico malo. Lo peor de lo peor. Y esto la gente del pueblo lo confirma a ciegas por el pasado del chico y las situaciones en las que se había visto implicado. Caleb piensa que es un auténtico peligro para todo aquel que le rodea y, por ello, simplemente se dedica a vivir lo más dignamente posible, según sus posibilidades. No es consciente del buen corazón que tiene. No hasta que llega ella.
Savannah. Buena, aplicada y dulce. Dedica su vida a complacer a todo el que la rodea: sus padres, la gente del pueblo, sus amigas… Lo que la lleva a olvidarse de su propia felicidad e intereses. La gente espera que ella haga lo correcto a cada instante, y eso incluye perdonar la infidelidad de su perfecto y guapísimo novio.
Empezaba a creer que su corazón solo era capaz de latir cuando le tenía cerca y eso no podía ser bueno.
A partir del momento en que Savannah y Caleb se encuentran, el mundo de esta complicada pareja cambia, dejándoles claro que las cosas no son como ellos pensaban, que lo que se supone que es correcto, no siempre lo es. Y aunque todo esté en su contra, incluso sus propios miedos y pensamientos, no podrán resistirse a la atracción y la conexión que sienten desde el primer momento en que sus caminos se vuelven a cruzar.
No debía desearla y la deseaba. No debía pensar en ella y no hacía otra cosa.
Como en todas las novelas de María, la amistad siempre está muy presente. Pero en esta historia podemos sentir mucho más que amistad: hermandad. Tyler y Caleb son como hermanos. Hermanos por elección desde que eran críos. Los dos matarían el uno por el otro si fuera necesario. Sus conversaciones te harán pasar un buen rato y te darán otra visión de ellos, muy distinta a la que aparentan con el resto de la gente.
Cassie es una gran amiga. Leal, sincera y divertida. Procurará que Savannah deje de actuar en base a lo que piensen los demás, que piense en sí misma para variar y que haga de sus acciones una búsqueda de su propia felicidad. Su carácter y su chispa hacen de Cassie un personaje increíble y divertido al que coges un cariño especial y del que querrás saber más.
¿Y quién decide que es lo correcto? ¿Por qué es tan importante para ti hacer lo correcto cuando no es lo que quieres?
En resumen, Cruzando los límites es una historia de un amor en apariencia difícil, pero en ningún momento imposible. Una historia que muestra que, antes de vivir por y para los demás, debemos vivir para nosotros mismos.
Para cerrar esta segunda entrega de Adopta una autora, María Martínez ha querido aportar su granito de arena contándonos cinco curiosidades.
- Cruzando los límites nació de un modo muy premeditado. Estaba trabajando en Una canción para Novalie cuando oí hablar por primera vez del género «New Adult». Me llamó la atención por todo el boom que lo acompañaba y por la etiqueta que traía consigo de «literatura juvenil erótica», término que me repele desde la primera vez que lo escuché. Curioseé, investigué y descubrí, y también leí el primer libro de este tipo que se publicaba en España: Maravilloso desastre, de Jamie McGuire
- Me encantó, quizá porque era algo nuevo para mí, como lectora y como escritora. Y de inmediato quise escribir una historia como esa, con todos sus clichés habidos y por haber.
- Tengo lectores beta a los que suelo pasar las novelas una vez acabadas, nunca antes, es una de mis manías. Pero con Cruzando los límites no fue así. Al terminar los primeros tres capítulos tenía muchas dudas sobre la historia y los personajes y necesitaba un punto de vista sincero. Se los pasé a una de mis lectoras y su reacción fue tan buena que, a partir de ese momento, me estuvo presionando capítulo a capítulo para que la continuara y poder leerla sobre la marcha. Le enviaba un capítulo cada tres o cuatro días. Fue divertido, pero también agotador, y no he vuelto a hacerlo.
- Caleb tuvo diferentes rostros en mi mente, mientras escribía y le daba forma a la historia, pero ninguno terminaba de encajar en la idea que había recreado. Hasta que descubrí al modelo Nick Bateman en un anuncio de una conocida marca de ropa. El flechazo fue inmediato. Nunca había visto a ese chico pese a ser conocido, y para mí fue increíble darme cuenta de que era exacto a como yo imaginaba a Caleb.
- Y hablando de rostros para encarnar a Caleb. Ryan Guzmán fue uno de ellos. Soy adicta a las películas de Step Up y ahí lo descubrí. Pero no terminaba de encajar en esa idea que yo tenía de mi nuevo protagonista, algo en él no terminaba de convencerme. Finalmente lo descarté; y ahora sé que lo hice porque, de manera inconsciente, era el elegido para ser otro de mis protagonistas, Eric en Cruzando los límites 3. A veces ocurren cosas que parecen predestinadas.
Siempre estaré agradecida a este primer libro de la serie. Con sus cosas buenas y malas, me abrió la puerta a un montón de oportunidades y vivencias. Se convirtió en el principio de algo muy grande para mí y me puso en el camino en el que estoy.