Entrada escrita por Alicia (@AliciaMmalicia)
y corregida por Alejandro Gaita (@agaitaarino)

Nada más conocer el proyecto Adopta Una Autora, la primera escritora que me vino a la cabeza fue Concha Alós. No era, por supuesto, mi autora preferida, pero la forma en que la descubrí, la fuerte impresión que me causó su obra y el hecho de que su figura haya caído tan injustamente en el olvido, me animó a convertirme en su adoptante.
Concha Alós, como muchas otras escritoras de su generación como Carmen Laforet o Carmen Kurtz, tuvo la mala suerte de vivir una época poco propicia no sólo para la literatura, sino para la creación artística en general. Estamos en los años 60, en pleno tardofranquismo. A pesar de la prosperidad económica, la libertad sigue siendo un espejismo. Concha Alós lo tenía todo el contra. Era mujer y escribía sobre temas por aquel entonces tabú, como la homosexualidad o la prostitución. En sus obras también había crítica social, sexo explícito y un lenguaje tan críptico como, en ocasiones, profundamente obsceno. Ni que decir tiene que la censura se cebó con ella. Y también la crítica literaria de la época, que no aceptaba la sordidez de sus temas, el crudo realismo de sus descripciones, su soberbia narrativa… Demasiado para una escritora de los años 60, demasiado para una mujer.
Por si fuera poco, Concha Alós fue, durante un tiempo, la compañera de un escritor, Baltasar Porcel, figura mediática que la eclipsó totalmente y que la situó en ese estatus tan poco agradecido de «mujer de». Concha tradujo sus obras del catalán al castellano, dirigió su carrera y ejerció como mánager. Dicen las malas (buenas) lenguas que, sin la intervención de su mujer, Porcel, por aquel entonces un joven tipógrafo de un diario franquista once años más joven que ella, nunca hubiese llegado a ser quien finalmente fue. Una historia demasiado conocida.
Nacida en Valencia, su vida transcurrió en diversos lugares: Murcia, Barcelona, Mallorca… El éxito le llegó tarde, a los 38 años, al ganar el premio Planeta de 1964 con su cuarta novela, Las hogueras. Sus siguientes obras, El Caballo Rojo, La Madama, Rey de Gatos y Os habla Electra, publicadas a caballo entre los años 60 y 70, alcanzaron un razonable éxito de ventas. La decadencia llegó en la década de los 80. Sus últimos libros fueron un fracaso y dejó de escribir. A final de los 90 enfermó de Alzheimer. Murió en el 2011, sola y olvidada. Dicen que el único personaje conocido que acudió a su entierro fue la cantante mallorquina María del Mar Bonet.

A Concha la conocí hace ya muchos años. Fue un domingo, en el mercado barcelonés de Sant Antoni, famoso por sus puestos de libros de segunda mano. Era mi época de estudiante e iba bastante corta de dinero. Mi presupuesto era ínfimo, por lo que seleccionaba muy bien mis compras, pero aquel día me permití una extravagancia: comprar un libro de una autora que desconocía, únicamente por su sugerente título. Se trataba del libro de relatos Rey de Gatos, Narraciones Antropófagas de Concha Alós, publicado por Plaza y Janés. Yo, que por aquel entonces estaba totalmente entregada a los libros de Poe y Lovecraft, creí que se trataba de cuentos de terror y decidí comprarlo. El precio que marcaba era 100 pesetas, pero seguro que me costó mucho menos, 50 pesetas o, incluso, 25. Cinco duros, como decíamos entonces.
No se trataba de relatos de terror al uso, pero su lectura no me defraudó, todo lo contrario. Entré en un imaginario nunca visto. Historias terribles de celos, maternidades frustradas, crimenes pasionales… Literatura pulp avant la lettre, con protagonistas siempre femeninas, en perpetua lucha entre el deseo y las convenciones sociales, entre las ansias de libertad y la opresión masculina. Y todo ello con un estilo valiente y osado, con un lenguaje barroco a veces, vulgar otras. Sexo, violencia, pasiones desbordadas… como decía, lo nunca visto.
Me extrañó y me sigue extrañando que Concha Alós sea casi una desconocida en el siglo XXI porque su propuesta literaria me parece tremendamente actual, similar al de autoras tan aclamadas hoy en día como, por ejemplo, la argentina Mariana Enríquez.
Por esta razón, si tras esta lectura alguien se anima, me dará una gran alegría. Es fácil comprar sus libros en páginas webs de librerías o de coleccionismo. Tampoco es complicado conseguirlas en digital. Poco a poco iré reseñando algunas de sus obras más destacadas para animaros todavía más.
Espero que esta entrada os haya picado la curiosidad y entréis, como hice yo en su día, en el turbio mundo de Concha Alós. No saldréis indemnes, os lo aseguro.
Gracias por darme a conocer esta autora. He picado el azuelo y quiero leer algo de ella, muy pronto. Saludos!
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Muchas gracias, Zenaida! Me alegro mucho. Un abrazo.
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Soy Amparo Ayora. Escribí un libro sobre la obra de Concha Alós, y hay 2 personas que han basado en ella sus tesis doctorales, una chica francesa y otra italiana
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