Reseña de Jonathan Strange & Mr Norrell, de Susanna Clarke

Entrada escrita por Beatriz García (@LadyOvejita)
y corregida por Lucas Vargas Sierra (blog).

Probablemente no sea lo más apropiado comenzar un artículo para un proyecto sobre autoras (mujeres) mencionando a un escritor (varón), pero no puedo resistirme a la comparación; cuando los seguidores y seguidoras de George R. R. Martin (entre los cuales admito que me encuentro) se quejan de lo despacio que escribe y de lo mucho que tienen que esperar entre cada de sus novelas, siempre esbozo una sonrisilla de condescendencia. Esperar es lo que hacemos los admiradores de Susanna Clarke. El consuelo que nos queda es que sabemos que cada una de sus obras, cada uno de sus relatos, habrá hecho que la espera merezca la pena.

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Imagen diseñada por @trad_carbaes

Quienes hayan leído su primera novela, Jonathan Strange & MrNorrell, sabrán que en realidad Susanna Clarke no necesita excusas para justificar tanta demora. De salida hay que comprender que un libro de casi ochocientas páginas no se escribe en dos días, y menos uno de tanta calidad. Esta ópera prima es un volumen de los que se sostiene por el lomo, pero encima Clarke decidió combinar dos géneros complicados para trabajar: el histórico y el fantástico. Y no se tomó a la ligera ninguno de los dos.

Aquellos que alguna vez se hayan propuesto escribir fantasía, ya sea alta fantasía o baja fantasía, han debido enfrentarse al ineludible ejercicio de creatividad que supone inventar todo un universo con un sistema de magia verosímil que no haga saltar por los aires el pacto ficcional con el lector. Los que han optado por vérselas con la novela histórica seguramente se han percatado del meticuloso trabajo de investigación que se requiere para no meter la pata estrepitosamente a la hora de ambientar sus trabajos en épocas pasadas. Susanna Clarke resuelve estos dos rompecabezas jugando con todas las piezas al mismo tiempo, y el resultado es extraordinario.

El mundo en el que transcurren las aventuras de Jonathan Strange y su receloso mentor, el señor Norrell, en un principio no es tan distinto del nuestro. La acción se desarrolla en la Inglaterra de principios del siglo XIX, en concreto durante las guerras napoleónicas, en una realidad histórica un tanto diferente de la nuestra: la práctica de la magia jugó un papel determinante durante la Edad Media, pero su estudio ha quedado relegado al ámbito estrictamente teórico. Solo los charlatanes y los estafadores que recorren el país de feria en feria aseguran poder llevar a cabo hechizos y conjuros, mientras que los respetables académicos se limitan a acumular notas a pie de página acerca de otras notas a pie de página que alguien realizó siglos atrás sobre textos de los que ya solo quedan fragmentos. De hecho, la propia novela incluye un buen número de notas al pie que ayudan al lector a situarse un poco mejor en ese universo tan particular en el que la magia ha perdido todo su encanto sumergida en un mar de caspa académica.

Todas estas notas pueden disuadir a los lectores que busquen una lectura de fantasía ligera. Eso está bien, porque Jonathan Strange & Mr Norrell es cualquier cosa salvo ligera. Los que no se amedranten ni por el grosor de la novela ni por esa impostura erudita acabarán disfrutando doblemente del juego que propone Clarke. Por un lado, es una gentileza, por parte de Clarke, que nos esté regalando, por el precio de una sola historia, toda una serie de precuelas que otros autores se habrían guardado en la manga. Por otro, aquellos que hemos padecido los rigores de la norma académica a la hora de elaborar tesis y tesinas agradecemos que, por fin, alguien sepa reírse del mundillo con tanta elegancia. No hay que olvidar, claro está, que la propia Clarke se formó en Oxford, una de las universidades más prestigiosas y elitistas del mundo.

Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, toda esa soporífera situación cambia cuando el adinerado y huraño señor Norrell decide plantar cara a la sociedad de magos teóricos de York y demuestra que todavía es posible realizar auténtica magia. De hecho, él mismo es un mago práctico y lo deja patente al dotar de vida a las estatuas de la catedral de York en uno de los pasajes literarios más afortunados que he leído en mucho tiempo. Así las cosas, todo parece que indicar que, para dicha de Norrell, él es el único mago que queda en Inglaterra. Al menos lo es hasta que entra en juego el personaje de Jonathan Strange, un joven algo arrogante, aunque muy entregado a la causa, que ha terminado dedicando su vida a la magia porque la mujer de la que está enamorado, Arabella Woodhope, se niega a desposarse con un hombre que no tenga ninguna ocupación. Después de desechar cualquier otra vocación, Strange comienza a ejercitarse en la práctica de la magia, para la que resulta estar mejor dotado incluso que el propio Norrell, quien acaba aceptándolo como discípulo con la intención de así poder controlar sus progresos en un terreno en el que en realidad preferiría seguir jugando a solas.

Jonathan Strange & Mr Norrell, una obra publicada por Susanna Clarke cuando contaba ya con cuarenta y cinco años de edad, se convirtió en un superventas y fue premiada con los galardones más importantes de la literatura fantástica. Obtuvo, entre otros, el Hugo Award, el World Fantasy Award y el Locus Award. Ha sido traducida a más de treinta lenguas y adaptada a la televisión en una serie de la BBC de la que me encantaría hablar en otra entrada y que recomiendo muy encarecidamente.

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Desde mi humilde punto de vista, uno de los elementos más valiosos de esta novela, y desgraciadamente uno de los que más frecuentemente se obvia al hablar de ella, es el tratamiento que en ella se hace de los personajes femeninos. Es cierto, y la propia Clarke así lo ha reconocido, que los protagonistas de Jonathan Strange & Mr Norrell son varones; en concreto, varones blancos de clase alta. Pero algunos de los secundarios escapan a ese omnipresente subconjunto. Hombres de malvivir como John Childermass y Vinculus, a quienes la escritora ha prometido dedicar su próxima novela, el sirviente negro Stephen Black, cuyo arco argumental daría para todo un libro aparte, y pacientes esposas, como Arabella Woodhope y Lady Pole, quedan en un segundo plano mientras los caballeros británicos corren todo tipo de aventuras en este y otros mundos.

No es mi intención destripar argumentos, así que me limitaré a advertir que, a pesar de la determinación y la inteligencia de la que estos personajes femeninos hacen gala en el libro, puede achacársele a Clarke que sus roles no van mucho más allá del de la típica damisela en apuros. Como siempre que se trata de ficción histórica, habrá quien lo justifique alegando que en la Inglaterra del siglo XIX las mujeres poco más podrían haber hecho que emular a Penélope y esperar tejiendo la vuelta de unos esposos ausentes que, además en este caso, las han comprometido muy seriamente con sus actitudes arrogantes y egoístas. Es un argumento débil que no convence a nadie, así que no es de extrañar que Susanna Clarke decidiera desquitarse con sus relatos, ambientados en el mismo universo que Jonathan Strange & Mr Norrell, pero protagonizados por mujeres tan poderosas como los magos que nos presentó en su primera y, de momento, única novela. Ocho de estas historias cortas han sido recopiladas y publicadas en castellano bajo el título Las damas de Grace Adieu por la editorial Salamandra.

De algunas de esas historias me gustaría hablar en los próximos artículos que dedique a Susanna Clarke, pero de momento me conformo con recomendar encarecidamente la lectura de Jonathan Strange & Mr Norrell, notas a pie de página incluidas.

 

8 comentarios en “Reseña de Jonathan Strange & Mr Norrell, de Susanna Clarke

  1. Me encantó esta novela. Fue una de mis mejores lecturas del 2016. Este año lo estudio en la universidad y no puedo esperar a discutir sobre él.
    Pensé lo mismo que tú sobre la poca relevancia de la mujer en la obra. Estaba atento al tema porque escuché que la autora trataba el tema del feminismo, pero lo cierto es que ninguno de los personajes femeninos me pareció feminista, vaya. Rigor histórico, tal vez? No sé.
    Me apunto Las damas de Grace Adieu, así como la serie de televisión. Un abrazo!!

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    1. Hola, Eduardo. Ante todo muchas gracias por haber leído la entrada. Me alegra saber que se lee a Susanna Clarke en alguna universidad (en la que yo estudié desgraciadamente no).
      El tema del Feminismo en la obra de Clarke es complejo, porque en su novela «Jonathan Strange y el señor Norrell» las mujeres son poco mas que damiselas en apuros. Quizás Arabela demuestre algo más de carácter y determinación, pero no es una mujer rebelde en absoluto.
      En «Las damas de Grace Adieu» la cosa es muy distinta. Ya hablaré de ese relato. Tiene mucho jugo.

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  2. Hace algún tiempo que la leí, pero pese a su extensión, la devoré. Me duró poco, la verdad: aunque es una prosa densa, rica en detalles y que en ocasiones incluso aturde, me pareció muy amena. No estoy muy de acuerdo con lo del rigor histórico (quizá sí con la ambientación y ciertas referencias, aunque tengo que confesar que no recuerdo de la novela todo lo que quisiera); en realidad, la veo más como una fantasía inserta en un marco real.
    Es recomendable, pero no para todo tipo de público, por la densidad que comentaba y que a veces puede hacer que su lectura sea un tanto cuesta arriba.

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